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Lionel Messi sumó su gol 54 para terminar el 2017 con números de líder |
Implacable, el Barça dio buena cuenta del Real Madrid al que
amargó las Navidades y puede que la temporada. El equipo de Valverde sigue su
marcha imponente por LaLiga sin importar rival o escenario. El Bernabéu tampoco
fue obstáculo para el líder, que completó su magnífica metamorfosis.
De las cenizas del partido de vuelta de la Supercopa de
agosto, aquel día Pique reconoció un meneo, ha emergido en diciembre un equipo
espléndido y rotundo, sin tanto brillo como en otras épocas, pero igual o más
efectivo, inferior a su rival en el primer tiempo, recuperó su mejor versión en
el segundo, con el Madrid dimitido en su empeño de pelear por el título. El
triunfo (0-3) es de una extraordinaria dimensión. No sólo vale media Liga, deja
a su gran rival tieso, moribundo, humillado y manchado de carbón en Navidad.
El primer regate lo había hecho Zidane. Metió a Kovacic, que
le había dado un fantástico resultado en los partidos de la Supercopa, y dejó a
Isco en el banquillo. El malagueño es el eslabón más débil del centro del campo
a ojos del entrenador francés, que buscó otra cosa con el internacional croata.
La decisión tiene muchas interpretaciones. Tuvieses
Quizá no esté satisfecho Zizou con los últimos partidos de
Isco o que simplemente considera que hay otros jugadores más intocables. No
duda con el actual Benzema, sin embargo. Kovacic empezó primero sobre Busquets
y luego se ocupó de Messi en lo que fue un inicio de mañana muy táctico, con
los dos equipos activos en la recuperación, sin que ninguno asumiera el mando,
aunque el Madrid llegaba más y el Barça, con menos urgencias y tensión, parecía
más parsimonioso. Hacía lo justo.
El Madrid comenzó a explotar la banda izquierda de Sergi
Roberto. Sortear la primera línea de presión fue el primer gran trabajo que
hizo el equipo de Zidane, que pudo marcar en el minuto 10 pero Ronaldo, con
todo a favor, dio una patada al aire, toda una metáfora de lo que está siendo
su temporada en LaLiga cara a portería. Modric, que seguía con su tono
fantástico del Mundial de Clubes, se había hecho con el control del partido, lo
que era un indicio de por dónde transitaba la mañana. Apenas se había asomado
el Barça hasta que Messi, de la nada, dejó solo a Paulinho, pero apareció
Keylor, que también para. Dos minutos después, Cristiano probaba a Ter Stegen,
que respondió bien. La mañana había tomado otro color. El Madrid seguía
llevando la iniciativa (ganó la posesión en el primer tiempo), pero era
Paulinho el hombre de los mayores sobresaltos. Su cabezazo, tras otro prodigio
de Messi, fue bien atajado por Keylor. La respuesta fue un remate al palo, otro
más, de Benzema, en lo único potable que hizo el delantero francés, muy por
debajo del encuentro.
El Madrid había sido superior hasta el descanso. Luego se
durmió. Su actitud fue lamentable, como si mandara en la cabeza de LaLiga. Dio
el mando al Barça, que aceptó el regalo. El equipo azulgrana fue creciendo
haciendo lo que mejor sabe, pasándose la pelota. Emergió Busquets para iniciar
una jugada desde su propia área que acabó en la red de Keylor. Rakitic fue
sorteando rivales y Kovacic se desentendió de la jugada para vigilar a Messi.
Sergi Roberto se la dio a Suárez que marcó a placer. El gol dejó destemplado al
Madrid, que no se enteró tras la sacudida, como siempre que encaja un gol, como
si se pusiera a vivir en el epicentro de un terremoto. Tampoco reaccionó Zidane
en el banda porque cuando lo quiso hacer, en pleno desconcierto de sus
jugadores, Carvajal hizo penalti en una jugada ciertamente rocambolesca que
pudo acabar en gol antes, pero por un milagro sólo lo hizo desde el punto de penalti.
0-2, con provocación de Messi a la grada del Bernabéu tras celebrarlo en la
esquina donde estaban los aficionados del Barça. Se ve que le ha cogido el
gusto a la foto. Esta vez no se quitó la camiseta.
Zidane metió después a Bale y Asensio, que esperaron cinco
minutos en la banda, porque el Barça había secuestrado la pelota. El Madrid
jugaba con 10. Intentó un imposible. A veces topó con su torpeza en la
definición, otras con Ter Stegen, un valladar. Reclamó un par de penaltis por
manos... El Barça, muy satisfecho con su botín, tampoco hizo una sangría
histórica, aunque a Aleix Vidal le dio tiempo a marcar el 0-3 en el descuento.
Su rival terminó entregado, consciente de que no sólo se acababa un partido,
también LaLiga.
LIONEL MESSI CON 54 GOLES
El argentino ha acabado el año 2017 con un total de 54 goles
en todas las competiciones, más que nadie en todo el fútbol mundial. En la
última jornada del año el rosarino adelantó a Cristiano Ronaldo, a Robert
Lewandowski y a Edinson Cavani. El '10' del Barça completa así un gran año
goleador en el que también ha sido ganador de la Bota de Oro y del Pichichi. Tomado de marca
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